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Las dos Rebecas: voces internas y espiritualidad homoerótica negra


Rebecca Cox Jackson y Rebecca Perot, conocidas como "las dos Rebeccas", fueron religiosas afroamericanas que vivieron juntas durante 30 años en Estados Unidos en el siglo XIX. Su relación transgredió las normas tanto heterosexuales como eclesiales. Las Rebeccas desafiaron las normas de género al defender una “teología de la igualdad” siguiendo el llamado religioso (Jean McMahon Humez), aunque la autoridad religiosa o ministerial fuera un lugar negado para ellas. Como practicantes médium y espiritualistas, las Rebeccas construyeron y mantuvieron dicha autoridad en tanto “sanadoras”, y de paso, desafiaron las normas de la naciente medicina occidental. Con sus prácticas, resistieron la exclusión de las mujeres como agentes de sanación por parte de la medicina regular patriarcal. A la edad de 35 años, Rebecca Cox Jackson tuvo un "despertar religioso" mientras presenciaba una tormenta eléctrica muy intensa. Durante las tormentas, Rebecca acostumbraba a rezar.... En eso estalló un rayo que, lejos de simbolizar la muerte, para ella fue un signo de paz y alegría. Luego de esta experiencia, Rebecca recibió "el don del poder" que le llevó a convertirse en una profeta y activista religiosa. Entre otros dones espirituales, tenía una "voz interior" divina que le daba instrucciones a veces incompatibles con sus tareas en la iglesia y en su familia; entre éstas, compartir sus visiones espirituales con los vecinos y después en giras de predicación. En un contexto racista, patriarcal, colonial y heterosexista, su voz interior, sus visiones y sus habilidades de predicación fueron fundamentales para colocarse en una posición de autoridad y mantener así su activismo. A través de esa voz que le comunicaba con Dios, Rebecca Jackson recibió dos dones espirituales que transgredían lo esperado para una mujer afroamericana de la época: el don de la alfabetización (leer y escribir), y el don de liberarse del deseo sexual hacia su marido. A partir de ahí, defendió la idea del celibato incluso dentro del matrimonio. Tras una década de predicaciones itinerantes, Rebeca Cox Jackson conoció a Rebeca Perot, una religiosa con quien tenía 23 años de diferencia, y cuyo nombre en inicio no era ”Rebeca”. Luego de su encuentro con el movimiento religioso de los Shakers, las Rebecas vivieron juntas durante más de 30 años, hasta el año de 1871 cuando, al morir Rebecca Cox Jackson, Perot decidió llamarse también Rebeca, en honor a su compañera. Y continuó así con su liderazgo espiritual. Resulta difícil definir la relación que tuvieron estas dos mujeres compartiendo vida durante tanto tiempo. El celibato que defendían como opción religiosa implicaba romper con la norma heterosexual del matrimonio, y a su vez, poder convivir con otra mujer en formas no reguladas. Dicho de otra manera, el celibato se definía en términos heterosexuales, lo cual abría las puertas a una homosocialidad libre. En la autobiografía espiritual de Jackson se narran sueños eróticos entre ambas. Como los llamados “matrimonios bostonianos” de la época, amistad, identificación, deseo, propiedades y vida en común se confunden en vínculos escurridizos a la palabra. Tanto Alice Walker como Marlon Rachquel Moore han recuperado su legado dentro del feminismo negro y la espiritualidad homoerótica. Aunque momentáneo, el encuentro de las Rebeccas con los Shakers fue un antecedente clave en la creación de la comunidad de Filadelfia en la que vivirían sus próximos años. Se trataba de un movimiento religioso “utópico”, una rama de los cuáqueros, que caló en la cultura popular estadounidense durante el siglo XIX (tanto su homosocialidad como sus bailes grupales en éxtasis, “sacudidos”). Un movimiento que, tal como ellas, defendía la igualdad de género, el celibato y la experiencia directa con Dios que llevaba al desarrollo de dones espirituales (también la idea de Dios como hombre y mujer a la vez). No obstante, se mantuvieron allí por sólo cuatro años, dada la falta de alcance y sensibilidad hacia la comunidad negra. Fundaron entonces (en 1859) la comunidad Filadelfia Shaker (compuesta en su mayoría por mujeres negras), que combinaba la teología Shaker con las tradiciones negras de oración femenina (Kittredge Cherry).

En 1981, se publicó Gifts of Power. The Writings of Rebecca Jackson, Black Visionary, Shaker Eldress (Dones de poder. Los escritos de Rebecca Jackson, Visionaria negra, Shaker Eldress); un texto autobiográfico considerado “el primer texto negro espiritualista queer de Estados Unidos”. "Los escritos autobiográficos de Rebecca Cox Jackson (1795-1871), que aparecen aquí impresos por primera vez, están especialmente centrados en cómo las visiones religiosas y las experiencias extáticas funcionaron para ella y otras mujeres de su tiempo como un recurso personal de poder, permitiéndoles hacer cambios radicales en las circunstancias externas de sus vidas”. La historia nos muestra cómo “esas voces que hay que oír”, hoy silenciadas con diagnósticos y fármacos, antaño fueron herramientas de libertad fundamentales para que mujeres, en este caso mujeres negras, rompieran “cadenas” y normas, y se lanzaran al activismo desde la oratoria y hacia otras formas de amar y relacionarse. Fuentes:

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Orgullo Loco 2019. Barcelona.

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