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La Histeria es Colectiva



En 1518, una mujer llamada Frau Troffea fue culpada de causar una “histeria colectiva” (en concreto una “coreomanía” o “epidemia de baile”), al norte de Francia, derivada de sus incontrolables ganas de mover el cuerpo con libertad. Más tarde, en el siglo XVII, una mujer esclavizada originaria de Barbados, llamada Tituba, fue acusada de embrujar a dos niñas, lo que dio inicio a la primera ola de “histeria colectiva” que se originó en el pueblo Salem, y que derivó en la cacería de brujas en Norteamérica. Recientemente, en 2018, el director de cine Roman Polanski señaló que el movimiento #MeeToo es en realidad una “histeria colectiva” y una “hipocresía total” de sus simpatizantas.


No es casualidad que tanto la “histeria” como la “histeria colectiva” hayan estado históricamente asociadas a lo femenino, a las mujeres y a la resistencia feminista. El proyecto de escritura colectiva de identidades no hegemónicas en torno a la salud mental, La Histeria es Colectiva, surge precisamente de la resistencia; esta vez de la resistencia feminista loca.

El proyecto empezó hace aproximadamente dos años, a partir de la recopilación de relatos escritos sobre experiencias de locura, medicalización, violencias machistas y violencias psi. Este año 2020, durante otra concentración que a ojos patriarcales podría identificarse también como una “histeria colectiva” (el 8M), los escritos aparecieron en una intervención física, localizada a unas cuadras de la Plaza de la Dignidad, en Santiago de Chile.


Desde nuestra mirada, se trata de una reapropiación política de esta forma de señalar, castigar e intentar suprimir la fuerza que generan la colectividad y la resistencia de mujeres, y en este caso de mujeres locas.





Además, pone el acento en la re-significación de la “salud mental” de las mujeres, señalando no solo las raíces patriarcales del sufrimiento psíquico, sino la revictimización que ejerce o de la que puede ser cómplice el psistema.






Recientemente este proyecto se estructuró en formato virtual. Las participantes escriben, en el reverso de cajas de psicofármacos, sus experiencias de malestar y las violencias que han vivido de parte del sistema de salud mental. Es una forma de darle un uso de resistencia al envoltorio de la opresión, que es el psicofármaco.



El proyecto La Histeria es Colectiva puede seguirse en la cuenta de Instagram: @lahisteriaescolectiva





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Orgullo Loco 2019. Barcelona.

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